Espera

Sala de espera. Cinco personas. 
Cuatro de ellas leen para mitigar el aburrimiento de la espera. 
La quinta está rígida, bastón y gafas de sol, 50 años. 
Mantiene la mirada perdida, y con tensión sostiene un sobre con algún tipo de resultado médico.
No mira a ningún lado, no cambia casi de posición, bosteza. 
Todos tratan de entretenerse en silencio mientras él sólo puede aburrirse, no le queda otra.
Él no nace solo, nace con su ceguera.


sábado, 29 de mayo de 2010 en 8:16 , 0 Comments

Contrarreloj

No quieres que llegue el momento. Deseas que no se escuche tu nombre.
El estómago se revuelve. Apretón en el esfínter. Sabes lo que te espera.
Sabes que el momento va a llegar.
El ruido estridente llega a tus oídos, se clava en tus tímpanos.
No es muy fuerte, pero sabes su significado: angustia y dolor.
Piensas como has llegado allí.
La sala se vacía. Tú turno está cerca.
Tu nombre rompe el silencio...


250 euros de sufrimiento y un empaste más.




Si quieres más, visita: mi blog.

martes, 18 de mayo de 2010 en 7:25 , 1 Comment

Vacío

Ya no sé  qué pensar.

Avanzo por una paraje totalmente desolado, ni un árbol, ni una brizna de hierba acompaña mis rotos zapatos, únicamente la ceniza que lo envuelve todo. Veo la sombra de uno de los pocos carroñeros que quedan, planea y me sigue esperando que desfallezca. Comida.

Observo una casa, salgo de la antigua autopista para acercarme. Está desgastada, arrasada, quemada, únicamente aguanta en pie por el orgullo de su creador. La puerta está casi rota, no hay ventanas. Voy con cuidado y sigilo, nunca se sabe lo que puedes encontrar. No queda nada, solo escombros y algún alma invisible. Busco en el pozo, no me queda qué tragar, es un bien escaso. Está vacío como casi todos los corazones.


Continúo por la carretera, los coches ya no circulan, se pudren y oxidan varados en los arcenes de un mar de polvo. Veo algo que se me acerca velozmente. Adrenalina. Es un perro seguido por tres saqueadores. Empuñan maldad que los vacía.

Corro.

Aquellos lanzamientos; nadie sabe quien empezó. Murieron muchos, la radiación, el hambre y el sol los mataron. La guerra nuclear vació la esperanza y los corazones.

Estoy perdido.


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lunes, 10 de mayo de 2010 en 5:12 , 2 Comments

El último vals





Ella era tan feliz cuando él la miraba.

Un brillo en sus ojos se desataba.

Aquella noche ella lucía espléndida, incluso él se dio cuenta de aquello.

Cuando ella bajó las escaleras él supo que no volvería a verla.

Su sonrisa hizo eco en toda la sala. Todas las miradas se volvieron a verla.

Su mano se deslizó por la barandilla de la escalera, sus ojos fijos en la mirada de su amado.

Aquella noche era mágica, hasta la melodía que los envolvía lo desvelaba.

Cuando ella llegó a la altura de su amado, él la tomó por la cintura y entrelazó su mano izquierda a la de ella.

Sí, aquel era el último vals.

Sus miradas se encontraron, y ambos se regalaron una sonrisa, una última sonrisa.

Bailaron lento al son de la música. Luego ella juntó su mejilla a la de él.

-Estás preciosa esta noche –le susurró al oído con melancolía. Era consciente de que no sería él quien disfrutara de su belleza en los próximos años.

-Alexi… -pretendía decirle lo mucho que lo amaba, siempre le habían faltado las fuerzas y aquella noche se veía capacitada para hacerlo.

-Shh –siseó él. –No lo hagas, dejémoslo así… -su mano se aferró con más fuerza a su cintura, no quería perderla.

La música cesó y ella se separó de él, regalándole otra maravillosa sonrisa, nostálgica.

Se dio la vuelta y subió despacio por las escaleras. Otra pieza lenta empezó a sonar. Él se quedó parado en medio de las parejas, que bailaban juntas, sin dejar de mirar como ella se marchaba.

A mitad de la escalera ella se volvió para mirarlo por última vez.

Sus miradas se encontraron.

-Te amo –dijo ella sin voz, sólo moviendo los labios.

Él recogió la confesión y la guardó en su corazón. Sonrió con tristeza. Ella siguió subiendo.

Sin duda estaba especialmente hermosa aquella noche.

Él también la amaba. Lo supo verdaderamente cuando el cuerpo de Cristal cayó inerte, con sutileza, por las escaleras.

Tenía encanto incluso a la hora de morir.

La sala se revolucionó, todos acudieron al cuerpo sin vida de la joven.

Él permaneció inmóvil. Amándola.

Se llevaba su corazón y su vida.

-Yo también te amo… -susurró él.

El último vals… él lo sabía. Había venido a por ella. Por eso brillaba de aquella forma tan especial.

Ella también supo en el último momento que había amado a la muerte.

Alexi abandonó la sala con la vida y el corazón de Cristal.


domingo, 2 de mayo de 2010 en 6:29 , 5 Comments

Tesoro

¡Cavar, cavar, cavar! 
Hay que esconderlo bien.
Mi camarada me ayuda, es más fuerte que yo, ¡vamos! ¡Más profundo!
Arena por todos lados. Cada vez mayor profundidad.
¡Tapar, tapar, tapar! Hay que taparlo bien, no dejar rastro.
Mi compinche va a refrescarse, yo lo tapo bien.

(Media hora más tarde)

"¿Papá encuentras el balón?"
"No hijo mío, pero seguiré buscando".
Cavar... Cavar... Cavar.




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en 3:25 , 2 Comments